El auge de los coches eléctricos es innegable, una revolución silenciosa que está transformando la movilidad urbana e interurbana. Su promesa de un futuro más limpio y sostenible es atractiva, y cada vez más conductores se suman a esta tendencia. Sin embargo, junto con las ventajas, surgen también nuevas preocupaciones, especialmente en lo que se refiere a la seguridad, concretamente, el riesgo de incendio de sus baterías y las implicaciones que esto tiene, sobre todo en parkings comunitarios.
Si bien es cierto que los incendios en coches eléctricos no son más frecuentes que en los de combustión, la naturaleza de las baterías de iones de litio que los alimentan presenta desafíos específicos en caso de incendio. Estas baterías, al incendiarse, alcanzan temperaturas extremadamente altas y pueden liberar gases tóxicos, además de la posibilidad de una reignición, incluso días después de que el fuego parezca extinguido. Este fenómeno, conocido como «thermal runaway«, es una reacción en cadena exotérmica dentro de la batería, que se autoalimenta y puede ser difícil de controlar.

En un parking comunitario, la situación se complica. La proximidad de otros vehículos, la posible presencia de materiales inflamables y las dificultades de acceso para los servicios de emergencia crean un escenario de alto riesgo. Un incendio en un coche eléctrico podría propagarse rápidamente a los vehículos adyacentes, generando un incendio de grandes magnitudes con consecuencias devastadoras.
¿Cuáles son las causas que pueden provocar un incendio en la batería de un coche eléctrico? Aunque la tecnología es cada vez más segura, existen algunos factores que pueden desencadenar un incendio. Entre ellos destacan los daños físicos a la batería, como los causados por un impacto severo en un accidente. También, los defectos de fabricación o un sobrecalentamiento debido a una carga rápida repetida o a temperaturas ambientales extremas pueden ser factores de riesgo. Los cortocircuitos internos, aunque menos frecuentes, también son una posibilidad.
Ante este panorama, ¿qué medidas se pueden tomar para minimizar los riesgos en los parkings comunitarios? La prevención y la preparación son fundamentales. Es crucial contar con sistemas de detección de incendios adecuados, que sean capaces de identificar rápidamente un incendio en un coche eléctrico. Estos sistemas deben estar conectados a una central de alarmas que avise inmediatamente a los bomberos.
Además, la instalación de rociadores automáticos puede marcar la diferencia en la contención de un incendio en sus etapas iniciales. Estos sistemas, aunque suponen una inversión, pueden evitar la propagación del fuego y minimizar los daños materiales. Es importante que los rociadores estén diseñados específicamente para combatir incendios de baterías de litio, ya que requieren una mayor cantidad de agua.
La formación del personal del parking también es crucial. Deben estar capacitados para reconocer los signos de un posible incendio en un coche eléctrico y saber cómo actuar en caso de emergencia. Conocer la ubicación de los extintores y cómo utilizarlos correctamente es fundamental, así como la importancia de evacuar el parking de forma segura y ordenada.
En cuanto a los métodos de extinción, el agua sigue siendo el agente extintor más eficaz para los incendios de baterías de litio. Sin embargo, se necesitan grandes cantidades de agua para enfriar la batería y evitar la reignición. Se estima que se requieren entre 11.000 y 20.000 litros de agua para extinguir completamente el incendio de un coche eléctrico. Por ello, los bomberos están adoptando nuevas técnicas y herramientas, como el enfriamiento por inmersión, que consiste en sumergir el vehículo en un contenedor con agua durante un periodo prolongado, garantizando la extinción completa y evitando la reignición.
Además del agua, se están investigando otros agentes extintores específicos para baterías de litio, como los polvos especiales y las espumas. Estas opciones, aunque aún en desarrollo, ofrecen la ventaja de requerir una menor cantidad de agente extintor y ser más fáciles de transportar y almacenar.
¿Qué pueden hacer los propietarios de coches eléctricos? Además de seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a la carga y el mantenimiento del vehículo, es importante informar al personal del parking sobre la presencia de un coche eléctrico. En caso de detectar cualquier anomalía en la batería, como ruidos extraños, olores inusuales o sobrecalentamiento, es fundamental acudir a un servicio técnico especializado.
El futuro de la movilidad eléctrica pasa por la seguridad. La investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías de baterías más seguras, junto con la implementación de medidas de prevención y protección en los parkings, son esenciales para garantizar una transición segura y sostenible hacia la electrificación del transporte. La colaboración entre fabricantes, autoridades, gestores de parkings y usuarios es fundamental para minimizar los riesgos y disfrutar plenamente de los beneficios de la movilidad eléctrica.
Finalmente, es importante destacar la necesidad de actualizar las normativas de seguridad en los parkings para adaptarlos a la creciente presencia de vehículos eléctricos. Estas normativas deberían contemplar aspectos como la separación mínima entre vehículos, la señalización específica para coches eléctricos, la disponibilidad de puntos de carga seguros y la formación obligatoria del personal. Solo así podremos disfrutar de una movilidad eléctrica segura y sostenible para todos.