Uno de los mayores misterios existenciales, y el más difícil de responder, es si la Tierra es única en el Universo al albergar una chispa de vida inteligente en la oscuridad. Basándonos en lo que hemos observado, parece que somos únicos.
Sin embargo, existen varias razones posibles por las que no hemos detectado la luz de civilizaciones alienígenas en la Vía Láctea, y numerosos factores que influyen en la aparición de vida. Hace más de medio siglo, estos elementos se agruparon en lo que conocemos como la Equación de Drake, permitiendo a los científicos jugar y reflexionar sobre ellos.

Pero una variable ha faltado en la Ecuación de Drake: el efecto de la energía oscura en la tasa de formación estelar en el Universo. La energía oscura es una fuerza no identificada que causa la aceleración de la expansión del Universo. Aunque no sabemos qué la compone, podemos determinar cuánto existe: aproximadamente un 71.4% del contenido de materia-energía del Universo.
La Ecuación de Drake y la Energía Oscura
La Equación de Drake, diseñada por el astrónomo Frank Drake, intenta estimar el número de civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia con las que podríamos comunicarnos. La ecuación considera factores como la tasa de formación estelar, la fracción de estrellas con planetas y la probabilidad de que esos planetas sean habitables.
La investigación actual, liderada por Oscar Veenema y publicada en The Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, explora cómo la energía oscura afecta la formación de estrellas. Descubrieron que incluso una densidad significativamente mayor de energía oscura todavía sería compatible con la vida, sugiriendo que podríamos no vivir en el universo más propicio para la vida.
Un Universo Diferente al Nuestro
Los científicos calcularon la tasa eficiente de conversión de materia en estrellas para diferentes densidades de energía oscura. Descubrieron que la tasa óptima es del 27% – significativamente más alta que la tasa de conversión actual en nuestro universo, del 23%.
«Sorprendentemente,» afirma Veenema, «encontramos que incluso una densidad mucho mayor de energía oscura todavía permitiría la aparición de vida.»
Factores Adicionales y Perspectivas Futuras
La tasa de formación estelar es solo uno de los muchos factores que influyen en las posibilidades de surgir vida inteligente. Otros incluyen el número de estrellas con planetas, la cantidad de esos planetas habitables, y variables aún desconocidas como cómo se entregan y combinan los bloques constituyentes de la vida.
Cada hallazgo científico contribuye a una imagen más completa, que a su vez nos ayuda a afinar nuestros esfuerzos para encontrar otras civilizaciones en nuestra galaxia. Como afirma Lucas Lombriser, teórico físico de la Universidad de Ginebra en Suiza: «Será emocionante utilizar el modelo para explorar el surgimiento de la vida en diferentes universos y ver si algunas preguntas fundamentales que nos hacemos sobre nuestro propio universo deben ser reinterpretadas.»