El sistema solar que nos rodea, con sus ocho planetas girando alrededor del Sol, ha sido objeto de fascinación y estudio por parte de los científicos durante siglos. Aunque comprendemos bien las propiedades actuales de las órbitas planetarias, su evolución a lo largo del tiempo ha generado numerosos debates.
La idea más aceptada en las últimas décadas es la de las migraciones planetarias. Esta teoría sugiere que las interacciones gravitacionales entre los planetas jóvenes provocaron cambios en sus posiciones originales, moviéndose hacia el interior o el exterior del sistema solar.

Sin embargo, una nueva investigación propone una explicación alternativa y sorprendentemente intrigante: un planeta errante de gran tamaño podría haber sido responsable de la configuración actual de nuestras órbitas.
Un visitante de las estrellas
La idea se basa en el supuesto de que un objeto con una masa entre 2 y 50 veces la de Júpiter, proveniente de otro sistema estelar, atravesó nuestro sistema solar en algún momento del pasado. Este planeta errante habría ejercido una influencia gravitatoria significativa sobre los planetas jóvenes, modificando sus trayectorias y dando lugar a las órbitas que observamos hoy.
Los autores de este estudio, liderados por Garett Brown de la Universidad de Toronto, señalan que las teorías tradicionales no explican satisfactoriamente la excentricidad de las órbitas de los gigantes gaseosos. Su trabajo, publicado recientemente en arXiv, argumenta que un encuentro cercano con un planeta errante podría ser una explicación más plausible.
Las simulaciones realizadas por el equipo indican que un objeto con una masa considerable (entre 2 y 50 veces la masa de Júpiter) pasando a una distancia cercana al Sol (menos de 20 unidades astronómicas) y con una velocidad específica (menos de 6 km/s-1), podría generar las características orbitales observadas en nuestro sistema solar.
De acuerdo con sus cálculos, existe una probabilidad del 1% de que un visitante interestelar haya sido responsable de la configuración actual de nuestras órbitas. Esta posibilidad es significativamente mayor que la que ofrecen otras teorías existentes.
El antecedente de ‘Oumuamua’
La idea de un planeta errante modelando nuestro sistema solar no es completamente nueva. La detección del primer objeto interestelar confirmado, ‘Oumuamua’, en 2017, abrió la puerta a nuevas posibilidades.
Este objeto, con una forma alargada y una aceleración inusual, probablemente causada por la liberación de gases o fuerzas no gravitacionales, demostró que los objetos de otros sistemas estelares pueden visitar nuestro sistema solar. ‘Oumuamua’ nos recuerda que el cosmos está lleno de sorpresas y que eventos raros pueden tener un impacto profundo en la evolución de los sistemas planetarios.
Si bien la teoría del planeta errante como moldeador de nuestro sistema solar aún requiere más investigación y evidencia, representa una perspectiva fascinante y que abre nuevas líneas de investigación. La posibilidad de que un visitante de las estrellas haya dado forma a nuestra casa cósmica nos invita a reflexionar sobre la interconexión de los sistemas planetarios en el vasto universo.