Durante siglos, el mundo matemático estuvo cautivado por un enigma que parecía inalcanzable: el Último Teorema de Fermat. Planteado en 1637 por Pierre de Fermat, este teorema afirmaba que no existe ningún número entero positivo a, b y c que puedan satisfacer la ecuación an + bn = cn para cualquier valor entero de n mayor que 2.
Fermat, un brillante abogado francés con una pasión por las matemáticas, escribió su famosa afirmación en el margen de una copia de «Arithmetica» de Diofanto. Añadió una nota provocativa: «He descubierto una demostración verdaderamente maravillosa de esta proposición, pero este margen es demasiado estrecho para contenerla». Esta frase tantalizó a generaciones de matemáticos que se lanzaron a la búsqueda de esa misteriosa prueba.

Durante más de tres siglos, numerosos matemáticos intentaron demostrar el teorema. Se propusieron soluciones parciales y se avanzó en el entendimiento de las ecuaciones diofánticas, pero el Último Teorema de Fermat seguía siendo un enigma. Los intentos incluyeron nombres ilustres como Leonhard Euler, Sophie Germain, Ernst Kummer y muchos otros.
Fue Andrew Wiles, un matemático británico, quien finalmente logró demostrar el teorema en 1994. Su trabajo, que ocupó cientos de páginas y se basó en conceptos matemáticos avanzados como las curvas elípticas y la teoría de Galois, fue considerado una obra maestra.
La demostración de Wiles tuvo un impacto profundo en la comunidad matemática. No solo resolvió uno de los problemas más famosos de la historia, sino que también abrió nuevas áreas de investigación y avanzó nuestro entendimiento de las matemáticas modernas.
Aunque el Último Teorema de Fermat haya sido demostrado, su historia sigue siendo una fuente de fascinación. La persistencia de los matemáticos a lo largo de siglos, su búsqueda incansable de la verdad matemática, y la genialidad de Andrew Wiles para encontrar finalmente la solución, hacen que este teorema sea un testimonio del poder de la mente humana.
El Último Teorema de Fermat nos recuerda que incluso los problemas más complejos pueden ser resueltos con tiempo, dedicación e ingenio. Nos inspira a seguir explorando el universo matemático y a buscar nuevas respuestas a preguntas que aún nos intrigan.